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RETROSPECTIVA (Exposición 2011)

La exposición que resume la obra de Pablo Costilludo con el sugerente título “Retrospectiva”, recoge de forma clara la evolución de su proceso creativo a lo largo del tiempo. Una dilatada experiencia que se inicia en la década de los setenta. Cuarenta años sintiendo, creando y dando forma a materiales nacidos de la naturaleza y transformados en sentimiento.

Es su particular forma de evocar la visión que recibía de lo más próximo e inmediato, de lo que le rodeaba y le transmitía profundas emociones. Su espíritu, rebelde por naturaleza, partió del barro, dócil pero frágil, y encontraría más adelante en la piedra, el material ideal para eternizar su creación.

Una treintena de obras que resumen básicamente su trayectoria y especialmente su trabajo, su quehacer diario y su lucha por doblegar a los materiales, en ese afán de buscar la expresión y su mensaje donde solo había materia inerte.
Su primera inspiración convertida en formas le llegó de lo cotidiano y tangible. Como no podía ser de otra manera, producto de su profunda sensibilidad. Siempre buscó la libertad, pero articulada por sus imágenes y experiencias.
Su primera serie, ejecutada en barro con el título: “Abuelos y ancianos” marca el camino de su proceso creativo. Su fuerza expresiva le lleva a vaciar unos rostros que se convierten en espectros del abismo y desarrolla una volumetría donde los cuerpos y siluetas desgastadas por el tiempo resumen un sentimiento encontrado de ternura y delicadeza, pero también de soledad y dolor.

Hay tanta expresión en esas formas de sus encorvadas espaldas que cualquier explicación limita su revelación.

La serie denominada “Torreones” marca una ruptura con los materiales que fundamentalmente había trabajado hasta la fecha. Busca nuevas formas de expresión en la piedra, en principio desconocida para él, pero que pronto se convertirá en compañera inseparable por su expresividad y contundencia. Las formas y ángulos imposibles, unidos a escaleras infinitas, dan a su obra una nueva línea de actuación. Las oquedades, anunciadas por la piedra, se convierten en arcos que comunican con accesos y pasadizos imaginarios.

“Castillos y fortalezas” podía ser una prolongación de su serie anterior, pero en ella se respira y transmite sus experiencias próximas en el trabajo que realizó durante años. Aquí el realismo y objetividad de los perfiles se adecuaron al paisaje más racional, propio de su visión diaria. No obstante las sombras que se proyectan sobre la obra le permitirán romper con la pureza de líneas y gravedad de los espacios para seguir soñando imágenes imposibles y quimeras inexpugnables.

Otra de las series mostradas en la exposición tiene por nombre “Arquitectura y naturaleza”. Tantos años buscando y trabajando formas fantásticas, le hacen que continúen sus rasgos hacia marcos inexistentes, pero la naturaleza actúa en esta ocasión como tamizador de su fuerza expresiva. El estilo se suaviza y su violencia de líneas se adecua al espacio.

Así llegamos al último grupo denominado “Agua”. Del viejo principio, origen de todo, de la filosofía presocrática, a la plasmación de sensaciones liberadas, acompañadas por la sinuosidad de trazos y suaves formas. Todo vuelve a su ser y la naturaleza, transformada en su día por Pablo, con el tiempo ha modificado su violencia expresiva en percepciones, dulcificando trazos y formas que seguramente nos hablan de retos alcanzados en su afán de búsqueda de líneas y expresiones solo asequibles a la percepción que el autor tiene de la realidad a través de la escultura.

Juan Carlos Fernández-Layos de Mier



ARQUITECTURA Y NATURALEZA

Sólo a través del trabajo, la inspiración diaria y la ca-pacidad de observar su entorno de una forma diferente, puede el autor transformar la realidad, plasmar en sus obras la esencia misma del tiempo. Pablo Costilludo (Consuegra, 1954) presenta en esta exposición su creación más reciente, producto de la experiencia acumulada a lo largo de la última década. Su quehacer y actuación en obras de restauración desde 1985 han marcado de forma muy significativa su último hado artístico. La muestra «Arquitectura y Naturaleza» define claramente los impulsos creativos que han posibilitado estos trabajos. Por un lado la Piedra, desolada y transformada para posibilitar el nacimiento de formas claras y sencillas, donde los volúmenes transmiten los conceptos más clásicos y vitales de la arquitectura. Por otro lado, las ruinas, perfección y equilibrio, búsqueda incesante de un deseo que tras el proceso de ejecución se convierte en un sueño, en lo irreal de una arquitectura que sólo existe en el subconsciente de su creador. La serie que completa la muestra culmina el proceso cíclico, volviendo la piedra a la naturaleza, como sombra de un recuerdo se proyecta fosilizada, conservando en sus formas la esencia del ayer.

J. C. Fdez.-Layos


MATERIALIDAD

La creación escultórica de Pablo Costilludo tiene una acentuada materialidad: no son esculturas en piedra, sino piedras personalizadas, por un trabajo de reflexión sobre los materiales con que trabaja. Estos materiales cargados de ritmos, vibraciones, oquedades y texturas nos remiten a unos procesos tecnológicos de extracción de la piedra, que se integran con las formas dadas por el propio artista. Su universo está hecho de formas sensitivas, en perpetuo movimiento, en un continuo cambio, que revela dualidades opuestas y alternancias contradictorias de línea/masa, macizo/vacío, luz/sombra, natural/pulido. Cada forma es equilibrio, convergencia de fuerzas antagónicas e impulsos, una estructura aparentemente estable, alrededor de la que se mueven o desplazan otras formas. Desde la perspectiva abierta de sus formas, puede percibirse un significado de masas en un espacio intemporal, que alude a un pasado histórico, donde sus protagonistas no son héroes ni ideas, sino fuerzas y elementos. La continuidad de su obra no es una reiteración, sino una metamorfosis. Sus cambios son una confirmación de su permanencia. Cada escultura es una forma definida, pero esas formas, no son un fin en si mismas, son una continua comunicación, trasladada a un lenguaje que destaca las propiedades y calidades de la piedra utilizada y los redefine de una determinada manera. Las dimensiones de sus esculturas no son grandes, pero en ellas siempre podemos apreciar esa cualidad monumental que, como una energía cautiva, define sus últimos trabajos. Es difícil explicar con palabras lo que el ojo y el tacto perciben inmediatamente.

Enrique Morales Castellanos



POEMAS EN PIEDRAS DE PABLO COSTILLUDO

Cual transportadas desde la reserva del paraíso de especiales piedras espaciales o desde fragmentos de palacios contemporá-neos del diluvio, son piedras también contemporáneas de futuras devastaciones. Piedras con cabeza, corazón y ojos instalados en la eternidad. Brújulas que señalan:

Al norte, la certeza Al sur, el diálogo Al este, el encuentro Al oeste, la imaginación
Lo estatua desaparecido de la giganta dejó caer, en los abismos del tiempo, trozos de pendientes, collares, broches con que se adornara. Como aspectos de ruedas denta-dos, los dientes de la piedra acarician los labios de lo eternidad.
Elaborados cual el pan y el queso, sus rudas y lisas fachadas sugieren caricias, susurran verdades como vegetación surgida entre los piedras. Proyectos germinales de caparazones inmensos, sus bordes armoniosos acercan los corazones de sus realidades distan-tes y sonríen frente al tiempo.
Piedras iniciales y piedras posteriores de la ciudad de todos los hombres, de la ciudad con nombre de poema de piedra. A veces en formas inventadas de arquetas para guardar los raíces de los testimonios del tiempo... tensas formas elegantes cual esqueletos de danzarinas como aves aguiles, se abrazan en esquinas contrapuestas de soportales deam-bulantes de multiplicados refugios u hornacinas.

Huesos de letras, frases poemas de piedra, su presencia evoca la multiplicación de las fases de la luna o el sorprendente plinto de planta, plinto de columna. Urbanas rectas perfectas curvos. Sus ojos iluminan la noche de los tiempos. Se escucha el eco del ruido de las ruinas, como onduladas olas estáticas de la naturaleza, su espíritu, late, late, late, late..., hacia la enramada del porvenir, des-de el cristal del pasado.

A. Fernandez Wouna
Poeta y escritor





SER ESCULTOR

Hoy os presento a Pablo Costilluda escultor y mi amigo. que viene con su carga de arte ante nosotros. Por lo que tiene su tierra de castillos y molinos se le pusieron a Pablo los pulsos cuesta arriba de formas. Su corazón le dictaba latidos como voces de piedra y se escapó a sus dedos una melancolía altivamente dura y duramente cálida. Seguramente que esta Castilla Nueva, manchega y horizontal de espigas y de vides, se convirtió en dulzura colmenera suavizando la roca. Ser escultor es estrenar futuros con forma de sorpresa. Pablo, recio como una cepa, vertical como una espiga, ha ido teniendo el alma, a golpe de cincel y de martilla construyendo Imposibles. No sé, no estoy seguro si el arte copla a la naturaleza o la naturaleza copia al arte.. Discutir estás cosas es discutir el sexo de los ángeles. Pero lo que si sé y estoy seguro es que las formas que crea Pablo son un aliento en piedra enamorada que le estaban esperando desde siempre. Quizá la geometria se esté volviendo alondra o primavera y es por eso que Pablo aún crea —bendito sea por creerlo— que del martillo, el cincel y la mente se pueden fabricar formas nunca soñadas. Desde este rincón de mi pluma proclamo mi amistad y mi admiración por Pablo. Decía Marañón que para escribir la biografía de alguien habría que estar apasionado —para bien o para mal— del personaje, Yo me aplico este cuento y admito mi apasionamiento por Pablo, como persona y como escultor, al escribir esta presentación. Pero también es cierto que cuando recorráis esta sala y completéis la obra que en ella se muestra vosotros seréis unos apasionados de su obra. Ahora que en el arte se juega con la buena voluntad de los ingenuos —y de los no tan ingenuos—tropezarse de pronto con una verdad sincera hace que una bocanada de aíre puro se nos llegue a los centros. Aquí tenéis la obra de pabla.. Sus sueños, sus realidades, sus horas de trabajo, su sudor y su aliento. Disfrutadla porque hoy estáis de suerte.

Manuel Vegas Asin
Invierno. 1995



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